Avergonzado.
Jungkook no sabía cómo lidiar con el asunto, estaba impactado y muy desconcertado por su sueño, no podía ver a su madre a la cara y mucho menos podría ver a su omega a la cara.
Su lobo estaba algo tranquilo, por algún motivo no lo sentía revoloteando en su interior como usualmente lo hacía al no ver a Jimin por varias horas, supone que es gracias al sueño pero eso solo lo hace molestarse más, ¿cómo un sueño de esos va a tranquilizarlo? Es algo enfermo.
Tenía que ir a la empresa para terminar de leer los informes pendientes, y luego iría a la escuela para recoger al ojiazul, así que se apresuró a tomar su batido asegurándose de no toparse con su madre y así evitar preguntas incómodas sobre lo sucedido.
Cuando finalizó, salió de su casa directo a su trabajo, Zico lo acompañaba a todos lados, siempre habían hecho buenas migas pero desde que es su empleado de tiempo completo son más unidos, incluso se podría decir que son amigos.
—¿Se encuentra bien joven? —cuestionó Zico desde su asiento de conductor—. Ha estado bastante serio.
—Ya te he dicho que me llames por mi nombre, Zico —reprende—. Y si, me encuentro bien, algunos asuntos que rondan por mi mente pero nada demasiado serio —miente.
—¿Se trata de tu omega? —cuestiona sonriente.
—Si, ¿cómo lo supiste? —pregunta incrédulo el ojiverde.
—Bueno, tomando en cuenta que tu vida gira entorno a él desde que despertaste... Fue demasiado fácil adivinarlo —rió.
—No se trata de él en su totalidad —niega después de reír por el comentario de su amigo—. Es más bien sobre mi —dice.
—Podrías contármelo si tú quieres —se encoge de hombros despreocupado.
—En realidad si quiero porque esto me tiene muy enredado —admite—. Pero debes prometerme no contarle a nadie, ni siquiera a mis padres —pide mientras se acomoda mejor en su asiento de copiloto.
—Mi boca es una tumba, no quiero perder el empleo —se burla—. Pero sería peor perder la vida, señor alfa puro —dice confianzudo y Jungkook suelta una risa.
—Bien, te lo diré —medita un poco sus siguientes palabras—. Sucede que ayer fui al médico que revisa las cosas de las hormonas y los celos.
—Claro, estoy al tanto de eso, soy tu chofer —rueda los ojos bromista.
—Bien, lo que sucede es que mi celo será en poco tiempo y será algo peligroso para mi por las cuestiones de salud y todo eso —explica—. Y será peor si lo paso solo, y aún mucho peor si lo paso sin Jimin y eso tal vez lleve a mi muerte —su voz suena más en un susurro al decir lo último, Zico abre los ojos sorprendido.
—Y no lo pasarás con Jimin porque... —agita su mano para que el alfa complete la frase.
—Porque es muy pronto y sé que él no va aceptar —niega.
—Pero si le explicas que...
—No puedo decirle que moriré —niega rotundamente—. Eso sería como obligarlo, ¿entiendes?
—Ya veo —asiente apenado—. Para ser sincero no sé que decirte.
—Sé que lo correcto es no decirle —agacha la cabeza—. Pero no quiero morir, no ahora —su voz se corta—. No me malentiendas, siempre he tenido una buena vida y no quisiera morir en ningún momento pero ahora lo tengo a él —sus ojos estaban llenos de lágrimas.
—Oh Jungkook —el beta estaba totalmente acongojado por ver a su jefe de esta manera, el chico siempre ha sido muy divertido y fiestero, vivía una buena vida de manera responsable, siempre supo que él era un alfa pero no gustaba de eso y ahora verlo tan adolorido y enamorado por un chico le alegra y a la vez le duele por las cosas que está teniendo que pasar.
—Sé que suena muy cursi y que nunca me he caracterizado por serlo —ríe entre las lágrimas que bajaban por sus mejillas—, pero él es genial, en cada sentido que existe, es muy divertido, siempre me hace reír, es tan valiente y fuerte, tan hermoso y ¡diosa Luna! yo solo quiero tenerlo conmigo a cada minuto, quiero disfrutarlo más que sólo unos meses.
Zico estacionó la camioneta pues habían llegado a la empresa, bajó apresurado del vehículo y lo rodeó para abrir la puerta y atraer al ojiverde en un abrazo.
—Cuando dije que quiero pasar el resto de mi vida con él no pensé que ese resto fuera tan corto —solloza correspondiendo al abrazo que el beta le brindaba.
—Jungkook, tranquilo —el chico le frotaba la espalda—. No sé como pero se va a solucionar, puedes hablar con él, explicarle las cosas y...
—No puedo —niega rápido y limpiándose las mejillas para separarse del abrazo—. No puedo hacerle eso, él siempre se sacrifica por todos, ya lo hizo una vez por mi y no puedo permitir que siga haciéndolo, le diré sobre el celo pero si no quiere hacerlo no tengo derecho a pedirle nada —volvía a su tono tranquilo y sereno.
—Pero Jungkook, eso puede costarte mucho.
—Yo siempre me negué a ser alfa por varias razones, una de ellas es que los alfas toman todo cuando quieren y sin importar nada —su rostro poniéndose serio—. Los alfas y omegas muchas veces se dejan llevar por sus instintos en ese tipo de situaciones y yo no voy a convertirme en eso.
—Tú sabrás que hacer —se encoje de hombros resignado y suspira.
—La decisión está tomada, amigo —baja de la camioneta y cierra la puerta—. Te veré en un rato, iremos por Jimin a la escuela —sonríe leve y camina hacia el interior del edificio.
No le contó sobre su sueño, eso aún lo apena lo suficiente para no hablarlo con nadie.
✧✦✧
El tiempo de oficina pasó lo suficientemente rápido y cuando menos lo esperó estaba camino a la escuela para recoger a su omega, Zico y él conversaban de cosas banales mientras lo esperaban en el lugar de siempre, el alfa está más o menos relajado hasta que lo vio salir.
Cuando lo observó caminar al vehículo y bajó para recibirlo un nudo se instaló en su estómago, nerviosismo. No pensó en la vergüenza que sentiría al estar cerca del menor.
—¡Alfa! Te extrañé muchísimo —Jimin lo abrazó fuerte y Jungkook solo pudo tensarse en su lugar, correspondió débilmente, el chico lo soltó y dejó un beso rápido en sus labios, el mayor solo se coloreó de rojo.
—Yo también, pequeño —sonrió y retiró la mochila de los hombros del omega.
—Eso me recuerda, ¿por qué estuviste triste en la mañana? —ladeó su cabeza ante la duda y acarició suavemente la mejilla del más alto.
—¿Yo? —Jungkook se sorprende al recordar que efectivamente estuvo triste, Jimin asiente y le toma de la mano para darle apoyo—. Emm... Yo... No es nada, cielo —miente terriblemente y se encoge de hombros.
—¿Estás seguro? —su tono era suave y tranquilizador.
—Estoy seguro, tal vez solo fue un video de perritos enfermos que vi en redes sociales —se ríe incómodo rascándose la nuca—. Te prometo que no pasa nada malo, amor —sonríe de nuevo y da la vuelta para abrir la puerta de su transporte.
El omega sube ante la señal y el alfa le sigue, ambos abrochan sus cinturones y Jimin frunce el ceño al ver que el mayor no hace el intento de abrazarlo o tocarlo siquiera.
Ignora ese sentimiento amargo en su interior y toma la iniciativa de acercarse al lado del alfa para acurrucarse contra él, entrelaza sus brazos y sigue extrañado porque el alfa no hace nada por tocarlo, solo mantiene sus manos juntas en el regazo, así que el ojiazul entrelaza sus dedos con los del otro, levanta la vista solo para encontrarse a un incómodo alfa mirando hacia el frente con las mejillas de un rojo intenso, tiene mucha curiosidad por lo que sea que le ocurre al rizado pero decide ignorarlo.
—¿Sabes que mañana es día feriado? —cuestiona sonriente el omega—. No voy a ir a la escuela ni al hospital y los hijos del señor Joon podrán cuidarlo así que me dieron la noche libre también.
—¿Si? —el mayor lo mira a los ojos pero apresurado desvía la vista de nuevo al frente—. Eso es genial, vas a poder descansar, bebé.
—Lo sé —se encoge de hombros—, ¿podría pasar la tarde contigo en tu casa? —nuevamente siente al alfa tensarse por lo último y lo ve tragar saliva en incomodidad—. ¿Jungkook, qué te pasa?
—Nada, no me pasa nada, te lo juro —respondió apenas sin mirar al menor.
—Si no quieres contarme por mi está bien pero... —responde tranquilo y sin alejarse.
—Jimin...
—No, está bien —niega con la cabeza—. Supongo que la confianza es algo que se gana con el tiempo y está bien, cuando te sientas cómodo me hablarás —sonríe leve mirando al ojiverde quien le aprieta la mano con delicadeza—. Bueno, estaba pensando en que me gustaría estar con mis papás y Shinhye por la mañana y podrías ir a casa por mi como a eso de las 4pm para pasar el resto del día juntos —sonríe un poco más ancho.
—Como tú gustes, amor —Jungkook lo miró por fin, las ganas de besar esa sonrisa tan tierna se hicieron presentes en el alfa, pero al estar acercándose, las imágenes de su sueño regresaron, retrocedió de inmediato al sentirse culpable, él no merece un beso de Jimin.
—¿Entonces puedo quedarme a dormir en tu departamento? —sus ojos brillan emocionados—. Quiero estar en el nido —un puchero de súplica formándose en sus labios.
—Es nuestro departamento —corrige— y puedes quedarte cuando gustes.
—¡Si! —festeja feliz y besa la mejilla del alfa—. ¡Gracias, ricitos!
—Por nada —sonríe de vuelta pero mira hacia el frente, no sabe cómo hará para pasar toda una tarde y una noche con Jimin, sintiéndose tan sucio y culpable como lo hace en ese mismo momento, sabe que debe relajarse pero no puede, siente mucha pena de pensar en Jimin enojándose con él por ser un mal alfa.
✧✦✧
Es el día siguiente y han llegado al departamento, Jimin se apresura a sentarse en el sofá, planean pedir comida para más tarde así que Jungkook camina hacia él y se sienta a su lado.
—¿Qué vas a querer, amor? —cuestiona el ojiverde.
—No lo sé —hace una mueca extraña y se reclina en el respaldo, suelta un quejido de dolor que lo hace volver a su posición.
—¿Te pasa algo? —se para nervioso y sus ojos se abren por preocupación, miraba a Jimin por todos lados para buscar su dolencia.
—Tranquilo, estoy bien —niega sonriendo—. Sólo que me duele un poco el estómago.
—¿Otra vez? —su tono era muy preocupado—. Ayer también te dolía y el día anterior también.
—Creo que solo es gastritis, estaré bien —rueda los ojos.
—Tenemos que ir al doctor —camina a la puerta y comienza a buscar de nuevo sus llaves que había dejado en el tazón de la entrada.
—Ricitos, estoy bien —se acuesta por completo en el sofá y comienza a frotar su mano sobre su estomago.
—Jimin, debes tomar medicinas y...
—Solo tomaré antiácidos... mejorará, relájate —sonreía un poco.
—Amor... —sus ojos estaban preocupados y comenzaban a aguarse—. No quiero que te pase nada —había súplica en su voz. la angustia en su pecho era tan grande que no podía controlar sus emociones.
—No va a pasarme nada por un pequeño dolor, relájate y ven a tocar mi panza para que deje de doler —pide y Jungkook obedece, se acerca cuidadoso y toma asiento en la mesa de centro para quedar frente a Jimin.
—No debes ser tan terco, Jim —su voz es baja y suave, coloca su mano sobre el estómago del más chico y comienza a formar círculos de manera lenta y cuidadosa.
—No estoy siendo terco, estoy siendo sincero, sé que voy a estar bien —respira profundo demostrando el alivio que le transmitió el tacto, Jungkook sonrió orgulloso y comenzó a liberar su aroma para terminar de tranquilizarlo.
—Te voy a preparar un té para que lo tomes mientras pido la comida, ¿si? —recibió un asentimiento y se apresuró a la cocina para hacer lo dicho, luego de unos minutos volvió y encontró a Jimin sentado adecuadamente—. Busqué en internet cosas que puedas comer así que te pedí pasta con verduras y para mi una gelatina y crema de brocoli ¡yummy! —festeja falsamente sacando una carcajada del menor.
—Al menos estás comiendo cosas con más consistencia —sonríe y toma la taza que el mayor le tiende para darle un trago—. En unos días podrás comer mejor —el alfa se sienta a su lado.
—Es mi consuelo, casi termino esta dieta asquerosa —hace una mueca de asco, Jimin deja la taza sobre la mesa y se recuesta en el costado del mayor, este instintivamente lo rodea por los hombros y lleva su mano a la pancita del omega para comenzar a acariciarla cuidadoso—. ¿Te sientes mejor, bebé?
—No es como que me estuviera muriendo —ríe—, pero si, me siento mucho mejor gracias a ti, alfa —sonríe en grande pero luego su sonrisa decae un poco al ver que el alfa no le dio un beso en la mejilla como suele hacerlo cada vez que se dicen cosas lindas, ha estado muy extraño, no toma la iniciativa para darle un beso y no lo abraza tampoco.
—Estoy siempre para cuidar de mi precioso ángel —responde y gira su rostro para besar la coronilla del omega pero se detiene a medio camino y vuelve a su posición, Jimin frunce el ceño al sentir su arrepentimiento así que se cruza de brazos serio, pero luego de un rato comienza a adormecerse por el aroma y la calidez de la mano de Jungkook sobre su estómago y cae poco a poco ante el sueño.
✧✦✧
Al despertar estaba sólo en la sala, recostado por completo en el sillón y con una manta cubriéndolo, buscó con la mirada al ojiverde pero no lo encontró, se puso de pie con los ojos aún pesados por el sueño y caminó a la cocina para encontrarlo ahí.
—¡Mi vida, que bueno que despertaste! —sonríe el más alto mientras vaciaba lo que supone es la crema de brocoli en un tazón.
—Me dejaste solo —su tono era muy triste y tallaba su ojo con la mano para despejar el sueño.
—No corazón, es que estaba calentando la comida, justo iba a despertarte —explica—. No quise dejarte solito, lo lamento tanto —da unos pasos para abrazar al más chico pero nuevamente retrocede haciendo que Jimin se sienta realmente mal.
—Como digas —se encoge de hombros resignado y se sienta en un banquillo de la isla—. ¿Podemos comer ya? —su tono era serio y por supuesto no se parecía en nada al que solía usar.
—Claro, bebé —sonríe el alfa poniendo un plato frente al chico—, buen provecho —toma lugar a un lado y comienza a comer a la par del chico—. ¿Cómo ha estado el señor Joon?
—Bien —recarga su mejilla en su mano hecha puño—, dentro de lo que cabe, claro —hablaba bajo y sin muchas ganas.
—¿Te pasa algo? —Jungkook hablaba preocupado pues sabía que Jimin suele desbordar alegría por cada poro y ahora solo está ahí sin muchas ganas de hablar.
—No, nada —niega mientras mete a su boca otra cucharada de comida—. Solo estoy cansado.
—Bueno, es porque te esfuerzas mucho Jim, tus ojitos y todo tu cuerpo se ven agotados —dice descuidadamente.
—Oh claro —Jimin se recompone en su asiento, debe ser por eso que Jungkook ya no lo abraza o lo besa, se ve mal por todo el esfuerzo y las horas de sueño faltantes, no le importa si Jungkook no quiere abrazarlo más, todo ese esfuerzo es por su familia y no se arrepiente pero no puede evitar que eso le parta el corazón.
—Dime qué te pasa, te siento demasiado triste —Jungkook trató de tomar su mano, no podía simplemente dejar a Jimin con esa tristeza, debía dejar de lado su culpabilidad y tratar de ayudar a su omega.
—No me pasa nada —dice seriamente—. No quiero seguir comiendo, iré a recostarme —hace su plato a un lado y camina directo a las escaleras para entrar al nido, se tumba de inmediato ahí y comienza a llorar, le duele que Jungkook no quiera acercarse más a él, está cansado, le duele el estómago y ahora pensar en que seguramente su alfa ya no va a quererlo más, le duele demasiado.
—¿Omega, puedo pasar? —una voz que conoce bien interrumpe sus lágrimas—, por favor.
—No, estoy cansado y quiero dormir —dice limpiándose las lágrimas, pues aunque Jungkook no podía verlo no quería preguntas, pronto la tristeza del alfa acompaña a la suya dentro de su pecho.
—Bien —agacha la cabeza y se sienta en forma de indio—, estaré aquí un momento por si necesitas algo —dice en voz baja y realmente apenada, no sabe qué es lo que le pasa al menor pero solo quiere estar para él y tranquilizarlo, le duele verlo así y no tener permitido ayudarlo.
Jimin siguió dándole la espalda y llorando en silencio hasta que de nuevo el dolor se instaló en su estómago, el ardor se expandía por cada sitio, era algo fuerte así que soltó un sollozo alto.
—Amor, por favor... ¿puedo pasar? —pidió de nuevo el alfa mientras se paraba en su lugar, ansioso por tratar de ayudarle y ver que estuviera bien, Jimin asintió y fue su señal para saltar dentro del nido—. ¿Qué pasa? ¿Qué necesitas? —pegó la espalda de Jimin a su pecho y comenzó a frotar el estómago del ojiazul cuidadosamente para tratar de calmarlo.
—Me du-duele un poco más fuerte —sintió como Jungkook apretaba el agarre un poco más—. Por favor no me dejes, alfa —no sabe si eso último se refería a ese momento o a la vida en general.
—Estoy aquí, bebé, siempre —seguía repartiendo caricias en el vientre ligeramente inflamado del pequeño omega—. Shh —lo arrullaba con dulzura y soltaba su aroma para tranquilizarlo—. Estoy aquí, ángel.
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